El documental ‘Allen v Farrow’ (HBO): Por qué pienso que la hija de Mia dice la verdad

No es una sorpresa que el primer artículo que aparece en google sobre el documental ‘Allen v Farrow’ (se puede ver completo en HBO) sea para poner en duda el testimonio de la joven que denuncia los abusos que sufrió de niña: Dylan Farrow, la hija adoptiva de la actriz Mia Farrow y el cineasta Woody Allen.

Si bien es cierto que al director no lo condenaron y siempre se habla de «supuestos abusos», si analizamos el documental desde el punto de vista de la prevención de abusos sexuales en la infancia (ASI), es más fácil dilucidar si esto es un «feroz ataque» para «denigrar» y «deshonrar» al cineasta o, por el contrario, estamos ante el relato de una mujer que dice la verdad.

¿Por qué pienso que Dylan Farrow dice la verdad?

Aunque sea un relato sesgado porque solo recoge la voz de una de las partes, el documental muestra hechos, detalles y momentos que, analizados en un contexto patriarcal y machista, me resultan muy convincentes.

Hace 20 o 30 años no se hablaba casi nada de la violencia machista y mucho menos de los abusos sexuales en la infancia, que ahora sabemos que en un 73% de los casos se dan en el entorno familiar y a manos de los hombres, incluidos los padres, padrastros y abuelos, que representan el 33%.

Esto explicaría por qué las personas que cuidaban de la niña no dieron importancia a ciertos comentarios y actitudes del padrastro que, en clave de prevención de ASI, se podrían considerar «banderas rojas» o indicadores de que ahí pasa algo.

Algunos ejemplos que aparecen en el documental pueden parecer muy sutiles pero, si tenemos en cuenta que el patriarcado es también muy pedófilo – que los hombres nos prefieran depiladas, que es justamente como luce el cuerpo de una niña, no es casualidad- a mi me cuadran totalmente.

Algunas de las frases que recoge el documental, dichas de viva voz por el propio Woody Allen, como que para él era «muy importante» adoptar «a una niña rubia», dan auténtica grima y no doy más detalles para no hacer spoilers pero os podéis imaginar que él queda más que retratado.

Otras cosas que me hacen pensar que Dylan Farrow dice la verdad y que quedan perfectamente explicadas en el documental son:

  • Las señales de incomodidad que muestra la niña: cuando el padre llegaba a casa, Dylan se encerraba en el baño o se tiraba en el suelo y se quedaba inmóvil simulando ser un animal herido.
  • El gaslighting que él se marca cuando Mia le pide explicaciones por su comportamiento: su defensa ante la acusación de abusos es llamarla loca y exagerada con el objetivo de confundirla y hacerla dudar de la realidad.
  • La forma de hablar de la niña cuando narra los supuestos abusos

Aprovecho este último punto para hablar de lo que hago yo con mis criaturas y que tiene que ver con la prevención de ASI básica.

Tengo una hija de la misma edad que Dylan Farrow cuando sufrió este supuesto abuso (6-7 años) por parte de su padre adoptivo, así que mientras veía el documental iba pensando en cómo reaccionaría mi hija ante una situación similar. Las preguntas que podrían rondarte por la cabeza si eres madre o padre tal vez sean cosas como: ¿Puedo evitarle este sufrimiento a mi hija/hijo? ¿Cuántas posibilidades hay de que le pase algo así? ¿Estoy haciendo todo lo posible para que aprenda a autoprotegerse?

En mi opinión, es nuestra responsabilidad protegerlas y darles herramientas para que puedan salir al mundo mucho más fuertes. Y lo mejor es que esto se puede empezar a trabajar desde que son bebés.

Lo primero que me planteo es lo siguiente: igual que enseñamos a las criaturas a socializar con sus iguales (no se pega, sé amable, respeta el cuerpo de los demás, etc.), también podemos explicarles como deben relacionarse con los adultos. O por lo menos, qué comportamientos son adecuados y cuáles NO sin entrar en detalles escabrosos ni meter miedo.

Tened en cuenta, y esto se ve muy bien en el documental, que la niña normalizó las conductas de su padre adoptivo, incluidas las «inapropiadas». Así que no puedo evitar pensar que a esa niña le hubiera ayudado mucho saber cosas como las que he compartido con mis criaturas desde bien pequeñas:

  • Nadie puede tocar tus partes íntimas y/o genitales sin tu permiso (ni tú tampoco las de otro/a)
  • Nadie puede obligarte a dar un beso o un abrazo ni a recibirlo (ni tú tampoco a otros/as)
  • Pide intimidad para ir al baño y para ducharte, todo el mundo debe respetar tu decisión, mamá y papá también.

Esto puede parecer muy básico pero pocas cosas empoderan tanto a una criatura como saber que puede decidir sobre su cuerpo y que su cuerpo es intocable incluso para mamá y papá. Si tienen poder sobre su cuerpo y ven que no les obligas a dar besos a nadie, ni tan solo a la abuela, les será mucho más fácil hablar como lo hace mi hija de 6.

Recientemente, su padre y su abuela me decían lo sorprendidos que estaban de que la niña les soltara esto mientras jugaban: «no me des palmadas en el culo, es una parte íntima».

Otra cosa que hago con mis criaturas y con lo que me rearfirmé viendo el documental es evitar hablar de sus genitales con motes graciosos e infantiles como «colita» o «toto».

Tal y como se muestra en el documental, la niña, a la que graban y toman declaración narrando los abusos, no es capaz de nombrar las partes íntimas de su cuerpo sin eufemismos:

  • Al ano lo llama ‘el sitio por donde sale la caca’ (según muestran en un informe la niña dice literalmente: Where poo poo comes out)
  • A la vagina le llama ‘la parte de adelante’
  • Al culo lo denomina ‘la parte de atrás’
  • Se refiere a sus partes íntimas como ‘ahí abajo’

Esto es un problema importante y ahora veremos por qué. La gran mayoría venimos de una educación donde el sexo es un tema tabú y en muchas familias se siguen usando eufemismos porque se ve que hablar del ano o del clítoris con criaturas de 3 años, nos escandaliza.

Bien, pues mi experiencia con esto es que mi hija sabe que tocarse el clítoris da «gustito» desde muy pequeña y para ella ese «gusto» está al mismo nivel del placer que nos produce rascarnos cuando nos pica. Recordad que para las criaturas nada es sexual de entrada, mi hija ni siquiera me ha preguntado por el sexo aunque hemos hablado de como «se hacen» los bebés.

Por qué es importante nombrar las partes del cuerpo sin eufemismos

Está demostrado que, cuando hablas de los genitales con tus criaturas con la misma normalidad que dices «nariz», les das poder. Y confianza. No lo ven como algo vergonzoso y eso les permite poner límites con más seguridad y firmeza si la situación le requiere. Yo he visto a mi hija decirle a su padre o a su abuela con toda la tranquilidad: «No me des palmadas en el culo que es una parte íntima».

Y esto es gracias a la prevención de ASI y demás herramientas que transmitimos en casa nuestras criaturas. La buena noticia es que podemos empezar a incorporar esto desde que son bebés. En el caso de criaturas pequeñas lo ideal es aprovechar el momento de vestir y cambiar pañales para:

  • Explicarle lo que vas a hacer con su cuerpo e ir anticipando lo que pasará.
  • Nombrar todas las partes del cuerpo incluidas la vagina, el pene, el ano y los testículos.
  • Preguntar si puedes ver su pañal para cambiarlo.

Cuando son más mayores podemos añadir otros conceptos como el del consentimiento: Me parece que te has hecho caca, ¿puedo ver tu pañal? ¿Me das permiso para cambiarte el pañal?

Y en cuanto empiezan a hablar y a interactuar con sus iguales y los demás adultos mis lemas son:

  • Nadie puede tocar tus partes íntimas y/o genitales sin tu permiso (ni tú tampoco)
  • Nadie puede obligarte a dar un beso o un abrazo ni a recibirlo (ni tú tampoco)
  • Pide intimidad para ir al baño y para ducharte, todo el mundo debe respetar tu decisión, mamá y papá también.
  • Si tienes curiosidad por explorar tu cuerpo y el de los demás es NORMAL, pero hay una regla muy importante: no se puede hacer con personas más pequeñas que tú ni más mayores.

TIP de gran utilidad: Si nos centramos en la diferencia de edad evitaremos transmitir nuestro miedo, tabúes y pudores.

Y volviendo al documental solo quería añadir que el «debate» sobre quién dice la verdad simplemente NO PROCEDE. A estas alturas de la partida, el #yositecreohermana tendría que ir muy por delante incluso de la presunción de inocencia porque sabemos que esto de no creer a la víctima es otro mecanismo más del patriarcado para mantenernos calladitas y sin denunciar a nuestros agresores.

Si algún día tu criatura te cuenta lo que sea, hasta la más mínima situación en la que se haya sentido incómoda, acuérdate de todas las infancias que, cuando cuentan sus historias de abuso o agresión sexual, no fueron ni escuchadas ni creídas, provocando que el trauma sea INFINITAMENTE MAYOR que si las hubieran creído de entrada.

Nuestra reacción ante lo que se denomina una «revelación» es VITAL para que el trauma de esa criatura tenga bastante menos impacto en su vida.

Publicado por marMC

Mar MC periodista especializada en crianza y maternidad, madre de 2 y feminista radical. Acuño el término ‘crianza radical’ para hablar de un tipo de crianza que nos representa a muchas madres y que es feminista, respetuosa, crítica, combativa y que comprende que ir a la raíz cuando educamos, especialmente a hijos varones, es más necesario que nunca.

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